La luna es tu eterna compañera. Ella coqueta, se viste y desviste para tus ojos nocturnos, siempre dichosos de ver la imagen de su amada en el firmamento. En los días en los que está más plena, es luz celestial que lo impregna todo. La luna te despierta la fascinación por la belleza de nuestra tierra ¡Ella es tan mística! ¿Cuántos hombres le habrán dedicado sus cantos, sus bailes, sus ofrendas? Anhelando descubrir en ella el misterio de la existencia. Pero el tiempo y las civilizaciones pasan; y la luna permanece intacta. Siempre en el mismo lugar. Siempre bella.
Denisse Lovera Fuchs